Tal y como indica su nombre, la flor Fénix muere ardiendo en llamas y resurge de sus propias cenizas. 

Esta peculiar flor crece en zonas cálidas del sur de Europa, principalmente en áreas del Meditarráneo. De la planta principal solo surge una flor. 

Reproducción: Transplantarla, así como su reproducción es realmente difícil debido a su delicado ciclo vital. La flor Fénix es imperecedera. Cuando está marchitando estalla en llamas y de sus cenizas, resurge un pequeño tallo que madurará completamente en tres ciclos lunares. A la cuarta Luna Llena, se abrirá la flor. Y así durante toda su existencia. Esta planta solo dará una semilla cada cincuenta años. Por eso hay tan pocas y son tan caras. Para que la semilla de su fruto, hay que plantarla en la primera fase del primer Cuarto Creciente de Septiembre. En primavera, ya tendremos a nuestra preciosa flor. Regarla es también muy complicado, ya que no precisa agua, sino una poción, llamada Poción de Agua de Luna, de elevado coste y difícil elaboración. Bastarían tres gotas en el compost, pero siempre en noche de Luna Nueva.

Usos Mágicos: Tiene diversos usos medicinales y mágicos.